La terapia infantojuvenil, también conocida como terapia para niños y adolescentes, es un tipo de acompañamiento psicoterapéutico diseñado específicamente para abordar los problemas emocionales, conductuales y sociales que surgen a los niños y adolescentes.

 Esta forma de terapia se centra en comprender y tratar las dificultades y desafíos que enfrentan los individuos en estas etapas tempranas de desarrollo.

El objetivo principal es promover el bienestar emocional, social y psicológico de los niños y adolescentes. Los terapeutas que trabajan con este grupo de edad utilizan enfoques terapéuticos adaptados a las necesidades y capacidades de los niños y adolescentes.

En la terapia infantojuvenil, es común que los terapeutas también trabajen en colaboración con los padres y cuidadores, ya que su participación es crucial para el éxito del tratamiento. Los terapeutas pueden proporcionar orientación a los padres, estrategias de manejo del comportamiento y pautas para fomentar un entorno familiar saludable y de apoyo.