LOS CELOS EN LAS RELACIONES DE PAREJA: ABORDAJE TERAPÉUTICO DESDE UNA PERSPECTIVA COGNITIVO CONDUCTUAL.

Los celos en las relaciones de pareja: Abordaje terapéutico desde una perspectiva cognitivo conductual.

Los celos en las relaciones de pareja son una experiencia emocional compleja y a menudo
desafiante que puede tener consecuencias significativas para la salud y estabilidad de la relación.
Este artículo explorará qué son los celos, los tipos existentes, por qué se producen, las consecuencias
en la relación de pareja, su sintomatología y cómo abordarlos desde una perspectiva terapéutica
cognitivo-conductual en pareja.

¿QUÉ SON LOS CELOS?

Los celos se definen como una respuesta emocional compleja ante la percepción de
amenaza o pérdida de una relación importante debido a un rival real o imaginario. Esta respuesta
puede manifestarse de diversas formas, desde la inseguridad y la ansiedad hasta la ira y la obsesión.

Los celos son una emoción y como tal, no son ni buenos ni malos, sino que cumplen una función
dentro del contexto en el que se encuentra la persona. De esta forma, pueden tener diversas
funciones y motivaciones en el contexto de una relación interpersonal. A continuación, se destacan
algunas de las posibles funciones de los celos:

  • Preservación de la relación: Los celos pueden surgir como una respuesta emocional para proteger la relación. La idea es que, al mostrar preocupación por la posible pérdida de la pareja, haya una motivación para mantener y fortalecer los lazos afectivos.
  • Preservación del yo: Los celos también pueden estar vinculados a la preservación de la identidad personal. La amenaza percibida de perder a la pareja puede desencadenar sentimientos de inseguridad, y los celos pueden ser una forma de proteger la propia valía.
  • Estímulo para el compromiso y la atención: Experimentar celos puede llevar a una persona a prestar más atención a la relación y a comprometerse de manera más profunda, en un intento de asegurar la continuidad y la exclusividad de la relación.
  • Alerta ante posibles amenazas: Los celos también pueden tener una función adaptativa al alertar a una persona sobre posibles amenazas a la relación. Sin embargo, esta función puede volverse disfuncional si los celos son infundados o excesivos.
  • Comunicación de necesidades: Los celos a veces pueden ser una forma indirecta de comunicar necesidades no satisfechas en la relación. Pueden surgir cuando una persona siente que no está recibiendo la atención, el afecto o el apoyo que considera necesario.
  • Validación emocional: En algunos casos, los celos pueden buscar la validación emocional. Al expresar celos, una persona puede estar buscando confirmación de que es amada, deseada y valiosa para su pareja.

De esta forma, la mayor parte de las personas han experimentado celos en un momento u
otro de su vida. Sin embargo, esto no significa que se trate de personas celosas, sino la existencia en
estas de una preocupación respecto a una pérdida o reemplazo por parte de una persona. En
definitiva, el temor de perder una conexión humana. De ahí, la necesidad de conectar con la función
y necesidad que está asociada a dicha emoción para desplegar comportamientos en línea a estas
necesidades frente a aquellos que nos distancian de satisfacer a la misma.

  1. Respuestas cognitivas:
    En el núcleo de los celos está la percepción de una amenaza. Esta amenaza puede variar
    desde la presencia de un tercero en la vida de la pareja hasta situaciones que sugieren una pérdida
    de afecto o interés. Es esencial reconocer aquellos pensamientos y preocupaciones que aparecen
    en dicho momento, a fin de diferenciar si esos pensamientos van asociados a una evidencia (datos,
    hechos o información que respaldan o confirman la verdad o existencia de algo), una sospecha
    (tener un presentimiento o creencia sin pruebas concretas o evidencia clara) o un miedo a la pérdida
    (preocupación ante la pérdida de nuestra relación sentimental). Este paso es esencial para
    transformar las sospechas en miedo a través de una comunicación constructiva, que implica abordar
    abierta y empáticamente las preocupaciones, validando los sentimientos del otro, clarificando
    malentendidos y enfocándose en soluciones con el compromiso mutuo de fortalecer la confianza
    en la relación.
  2. Respuestas emocionales variadas:
    La experiencia de los celos puede manifestarse a través de diversas respuestas emocionales.
    Puede incluir ansiedad, irritación, tristeza o incluso ira. Estas respuestas son indicativas de la
    complejidad emocional que rodea a los celos y la variedad de formas en que las personas pueden
    reaccionar ante esta emoción. Dado este cóctel de sentimientos, sería fundamental identificar qué
    emoción va asociada a los celos a fin de favorecer una regulación emocional más acorde al estado
    emocional del individuo.
  3. Respuesta conductual:
    Los celos en ocasiones pueden manifestarse de diversas maneras y varía según la persona y
    la situación. Algunas de los conjuntos de respuestas más comunes son:
    • Respuestas de confrontación por medio de la agresividad: por ejemplo; insultar, cuestionar
      constantemente las acciones de la pareja, acusarle sin pruebas, usar reproches, desprecios etc.
    • Respuesta de distanciamiento con la pareja o el problema: por ejemplo; evitar el tema causante
      de celos o reducir la interacción con la pareja para no enfrentar el problema.
    • Respuestas de evitación de situaciones por medio del control de la pareja: Por ejemplo: prohibir
      a la pareja salir con ciertos amigos, usar redes sociales, hablar con otras personas etc.
    • Respuestas para reestablecer el autocontrol como la comprobación: por ejemplo;
      revisar el teléfono de la pareja, buscar pruebas, hacer preguntas constantes etc

Estas estrategias pueden brindar un alivio temporal a esas emociones porque ofrecen un
escape momentáneo de la ansiedad o inseguridad que surgen de los celos. Sin embargo, este alivio
es temporal y refuerza el ciclo de comportamiento. La persona se siente momentáneamente mejor
al obtener una respuesta o una confirmación, lo que reduce la ansiedad en ese momento. Esta
sensación de alivio refuerza el comportamiento, ya que la persona aprende que esta acción ofrece
una solución temporal al malestar. A largo plazo, este comportamiento puede ser perjudicial para la
relación y para la propia persona. Sin embargo, para romper ese ciclo, a veces es necesario dar un
paso atrás y replantear si nuestro comportamiento va ajustado a aquello que queremos en nuestra
relación de pareja.

  1. Repercusiones en la Dinámica de Pareja:
    Los celos no solo afectan a la persona que los experimenta, sino que también tienen
    implicaciones en la dinámica de la relación de pareja. Pueden generar tensiones, desconfianza y, si
    no se abordan adecuadamente, impactar negativamente la conexión emocional entre los miembros
    de la pareja. Por ello, resulta esencial implicar al otro miembro de la pareja, a fin de valorar y
    efectuar cambios en la manera en que reacciona ante el comportamiento de su pareja, a fin de hacer
    cambios en la propia dinámica favoreciendo una mayor conexión y apoyo mutuo en momentos
    difíciles.
  2. Ciclo Vicioso:
    Los celos a menudo alimentan un ciclo vicioso. La inseguridad puede llevar a
    comportamientos que generan distanciamiento o conflictos en la relación, lo que, a su vez, refuerza
    la percepción de amenaza y aumenta la intensidad de los celos.
    Entender los celos implica reconocer su naturaleza multifacética. En terapia se aborda este aspecto
    explorando y desafiando estos pensamientos y emociones subyacentes para fomentar una
    comprensión más equilibrada y realista en la pareja.

TIPOS DE CELOS

Existen diversos tipos de celos, como los celos románticos, sociales o profesionales. Los celos
románticos surgen ante la posibilidad de pérdida de afecto o interés amoroso, mientras que los
sociales se centran en la amenaza percibida en relación con amigos o familiares. Los celos
profesionales se manifiestan cuando uno de los miembros de la pareja siente amenaza debido a las
interacciones laborales del otro.

También, por un lado, encontramos los celos adaptativos, que tienen que ver con el apego
y el vínculo con la persona amada y el miedo a perderla. Estos celos no generan distorsiones ni
pensamientos negativos sobre la persona amada y su entorno, ni generan sospechas con respecto a
las relaciones que mantiene con otras personas, más allá de la relación sentimental.

Y, por otro lado, encontramos los celos patológicos que se basan en preocupaciones
excesivas y continuas respecto a si nuestra pareja es leal o fiel. Estos celos interfieren en nuestra
vida cotidiana, generan una alta ansiedad y un estado de hipervigilancia que provocan conductas de
control sobre la pareja para “disminuir” el malestar emocional.

Los límites entre los celos normales y patológicos son difíciles de establecer. Los celos
cuando son intensos pueden reflejar inseguridad personal, a la vez que un sentimiento de posesión
sobre la pareja y un temor a perderla en beneficio de un rival, e interfieren negativamente en la vida
cotidiana (Echeburúa y Fernández-Montalvo, 2001).

¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS CELOS?

Los celos pueden tener raíces en la baja autoestima, la inseguridad, experiencias pasadas de
traición, la falta de confianza en la relación o las comparaciones constantes.
Los celos en las relaciones de pareja encuentran sus raíces en una intersección compleja de
factores psicológicos y emocionales. Comprender por qué se producen los celos es crucial para
abordarlos de manera efectiva

  • Baja autoestima e inseguridad: Las personas con baja autoestima pueden ser más
    propensas a experimentar celos, ya que pueden percibir a otros como más atractivos,
    exitosos o deseables. La inseguridad personal puede llevar a una constante necesidad
    de validación y miedo a ser reemplazado.
  • Experiencias pasadas de traición: Experiencias previas de traición, ya sea en relaciones
    anteriores o en la actual, pueden sembrar la semilla de la desconfianza. Quienes han
    experimentado engaños previos pueden tener dificultades para confiar plenamente en
    sus parejas actuales.
  • Falta de confianza en la relación: La confianza es la columna vertebral de cualquier
    relación saludable. Cuando hay falta de confianza, ya sea por acciones pasadas o por
    patrones de comunicación deficientes, los celos pueden surgir como un mecanismo de
    defensa ante la amenaza percibida de perder al ser querido.
  • Expectativas poco realistas: Las expectativas poco realistas sobre la relación y sobre
    uno mismo pueden alimentar los celos. La idea de que la pareja debe cumplir con
    estándares idealizados puede generar ansiedad y temor ante la posibilidad de no
    cumplir con esas expectativas.
  • Comparaciones constantes: Compararse constantemente con otros, ya sea en términos
    de apariencia, éxito o cualquier otra área de la vida, puede generar inseguridad y
    desencadenar celos. La búsqueda constante de validación externa puede convertirse en
    un ciclo destructivo.

Otras causas pueden deberse a características de la personalidad, por ejemplo:

  • Las personas que necesitan un elevado control sobre su entorno para sentirse seguras,
    tenderán a tener más conductas controladoras y de supervisión de la persona amada.
  • Las personas con baja tolerancia a la incertidumbre, tenderán a rebajar la ansiedad a través
    de conductas de control.
  • Las personas preocupadas por su imagen social, tenderán a conductas celosas para prevenir
    infidelidades y evitar de este modo, convertirse en el centro de comentarios de su entorno
    y rebajar su estatus social.

En la terapia cognitivo-conductual, se aborda este aspecto explorando y desafiando estos
pensamientos subyacentes. Se trabaja en identificar y cambiar patrones de pensamiento
disfuncionales que contribuyen a los celos, fomentando una perspectiva más realista y equilibrada
sobre la relación y uno mismo. Además, se busca fortalecer la autoestima y promover la confianza a
través de estrategias específicas diseñadas para contrarrestar estas creencias negativas arraigadas.
El objetivo es cambiar la narrativa interna del individuo y, en consecuencia, reducir la intensidad de
los celos en la relación de pareja.

CONSECUENCIAS EN LA RELACIÓN DE PAREJA

Los celos pueden tener un impacto negativo en la relación, creando un círculo vicioso de
desconfianza, discusiones y distanciamiento emocional. La falta de manejo adecuado puede llevar a
la ruptura de la relación.

Como ya he mencionado, las consecuencias de los celos a nivel emocional son los trastornos
de ansiedad, la irritabilidad y la dificultad para controlar la ira con la pareja y el propio entorno.

Para la otra persona, se generan sentimientos de frustración, distancia emocional y miedo
a las reacciones que pueda tener la pareja. Además de generar emociones de culpa ante la confusión
sobre si son adecuadas o no sus conductas para su pareja.

En una pareja con un prolongado efecto de los celos, se implantan dinámicas disfuncionales
donde desaparece la comunicación positiva y eficaz. Por lo que, de forma prolongada y reiterada,
conlleva a la ruptura de la relación.

La persona objeto de los celos buscará protegerse de las conductas de control y la persona
celosa intentará eliminar sus miedos sobre la infidelidad a través del aumento del control.

Los celos, si no se abordan adecuadamente, pueden desencadenar una cascada de
consecuencias negativas que afectan la salud y la estabilidad de la relación. Es esencial comprender
la amplitud de estas consecuencias para apreciar la importancia de abordar los celos en el contexto
de la terapia cognitivo-conductual en pareja. En concreto, podemos diferenciar las siguientes
consecuencias:

  • Desconfianza y distanciamiento:
    La presencia constante de celos genera desconfianza entre los miembros de la pareja. La falta de
    confianza puede llevar a la construcción de barreras emocionales y al distanciamiento afectivo,
    creando un espacio emocional cada vez mayor entre ambos.
  • Discusiones frecuentes:
    Los celos a menudo se expresan a través de la confrontación y las discusiones constantes. La pareja
    puede encontrarse inmersa en un ciclo de argumentos repetitivos que socavan la comunicación
    efectiva y aumentan la tensión en la relación.
  • Autoestima afectada:
    Tanto la persona que experimenta celos como la que es objeto de los mismos pueden ver afectada
    su autoestima. La constante necesidad de validar la relación y la sensación de ser objeto de
    sospechas pueden erosionar la confianza en uno mismo.
  • Limitación de actividades sociales:
    Los celos a menudo llevan a la imposición de restricciones sobre las actividades sociales, ya que la
    persona celosa puede sentirse amenazada por la interacción de su pareja con otros. Esto puede
    generar aislamiento social y limitar la capacidad de cada individuo para crecer y desarrollarse fuera
    de la relación.
  • Riesgo de ruptura:
    Si los celos persisten sin intervención, el riesgo de ruptura aumenta significativamente. La constante
    tensión emocional y las dificultades para mantener una conexión emocional sólida pueden llevar a
    que la relación llegue a un punto de quietud.

En la terapia cognitivo-conductual en pareja, se aborda este aspecto mediante la
identificación de patrones de comportamiento que contribuyen a estas consecuencias negativas. Se
trabaja en la mejora de la comunicación, la gestión de conflictos y el fomento de la empatía entre
los miembros de la pareja. El objetivo es reemplazar los ciclos destructivos con patrones más
positivos que fortalecen la conexión emocional y fomentan la estabilidad en la pareja.

SINTOMATOLOGÍA DE LOS CELOS

La sintomatología de los celos puede variar desde la vigilancia constante, preguntas
repetitivas sobre las actividades del otro, hasta manifestaciones físicas como sudoración excesiva o
palpitaciones. Es esencial identificar estos síntomas para un tratamiento efectivo.

En algunas ocasiones la sintomatología de los celos se puede interpretar como conductas
que demuestran la preocupación y amor hacia el otro, por lo que la persona que los sufre no percibe
las consecuencias de estos. Se manifiestan a tres niveles:

Nivel cognitivo

Tienen pensamientos intrusivos sobre la posibilidad de sufrir una infidelidad por parte de su
pareja, además de que las conductas que se consideran ambiguas las procesan como muestras claras
de infidelidad: como sonreír a otra persona o mensajes de amigos.

También suelen realizar comparaciones personales con respecto a otras personas con las
que se relaciona su pareja, centrando estas comparaciones en los aspectos positivos del otro y
negativos de sí mismo.

La persona celosa tiende a idealizar a su pareja y es una de las causas de los celos. Esta
idealización conduce a la certeza de que la pareja es deseada por todos los demás y por consecuencia
se genera una desconfianza hacia todas las personas que puedan acercarse a la pareja.

Nivel conductual

Realizan conductas de control y supervisión del comportamiento de la pareja, como
revisarles el teléfono, escuchar sus conversaciones privadas o estar al corriente de cuál es su
ubicación en todo momento. Actualmente, con la tecnología estas conductas están más presentes.

También tienen conductas que les permiten el acceso continuo a la persona amada ya que
necesitan tener un contacto constante con la pareja.

Nivel emocional

Las personas con celos patológicos desarrollan sentimientos negativos hacia el entorno con
el que se relaciona la pareja, es decir, sus amigos, sus familiares, compañeros de trabajo, hacia sus
gustos y aficiones personales. Llegan a sentir desconfianza sobre aspectos de su pareja, incluso de
su manera de comportarse. También pueden derivar a trastornos como ansiedad, depresión y la
irritabilidad continua con explosiones de ira.

ABORDAJE TERAPÉUTICO COGNITIVO-CONDUCTUAL EN PAREJA

La terapia cognitivo-conductual (TCC) en pareja se presenta como una herramienta efectiva
para abordar los celos, su colaboración activa es esencial para el éxito de la terapia. Se centra en
identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales, aprendiendo de
manera adecuada a gestionar las emociones, fomentando el cambio y crecimiento en la relación.

Algunas estrategias específicas incluyen:

  • Reestructuración cognitiva: La reestructuración cognitiva es un pilar central de la TCC. Se
    trata de identificar y cuestionar pensamientos irracionales o distorsionados que alimentan
    los celos. En el contexto de la terapia de pareja, esto implica explorar las creencias de cada
    miembro sobre la relación y desafiar aquellas que contribuyen a la inseguridad y
    desconfianza.
  • Desensibilización sistemática: Esta técnica implica exponer gradualmente a la pareja a
    situaciones que desencadenan los celos, comenzando con situaciones menos amenazantes
    y avanzando hacia aquellas que generan más ansiedad. La exposición controlada y
    progresiva busca reducir la intensidad de la respuesta emocional y promover una
    adaptación más saludable a las situaciones que desencadenan celos.
  • Mejora de la comunicación: La comunicación abierta y honesta es fundamental. La terapia
    aborda patrones de comunicación disfuncionales, fomentando un diálogo más efectivo y la
    expresión de necesidades y preocupaciones de manera clara y respetuosa. Se promueve la
    empatía, permitiendo que ambos miembros de la pareja comprendan las perspectivas y
    sentimientos del otro.
  • Establecimiento de límites: Definir límites claros dentro de la relación es esencial para
    reducir la incertidumbre y la amenaza percibida. La terapia ayuda a la pareja a establecer
    expectativas realistas y a acordar límites que respeten las necesidades y deseos de ambos,
    promoviendo un ambiente de seguridad y confianza.
  • Desarrollo de estrategias de afrontamiento: La TCC en pareja se centra en el desarrollo de
    habilidades de afrontamiento efectivo. Esto incluye identificar y practicar estrategias que
    ayudarán a gestionar la ansiedad y los pensamientos negativos asociados con los celos.

Bibliografía

Beck, J., (2011). Terapia cognitiva: conceptos básicos y más allá. Prensa de Guilford.

Dattilio, F. y Padesky, C., (1990). Terapia cognitiva con parejas. Saltador.

Echeburúa, E. y Fernández-Montalvo, J., (2001). Los celos en la pareja. Una emoción destructiva. Ariel.

Guerrero, L. y Andersen, P., (1998). Experiencia y expresión de los celos en las relaciones románticas. Habilidades motoras y de percepción, 87(3), 882-884.

Pinos, A., (1998). Celos románticos: comprender y conquistar la sombra del amor. Prensa de San Martín.

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Aurora Maffii

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